Plano nadir bajo tu vestido

Empezar por el final para acabar en el principio

Lo que era antes de ti

Con la mirada perdida
Escondías demasiados secretos
Inexpresiva, de cara vacía
Antes cortinas y persianas
Tumbada sin pijama
Sin cansancio
Solo te hacías la dormida
Levantarte para danzar en el pasillo
Desayunar juntos riendo mas que comiendo
Te conocí y ya te faltaban todos esos tornillos
Si empezábamos a ser coherentes
Se perdía la magia
Bañeras compartidas
Olores que agradecen más que un gracias
Masajes y siestas
"Soul meets body" y una guitarra 
Despertar para ver esos ojos
Lo firme de contrato indefinido
Llego el día de mi despido
Sin cobrar ni siquiera el finiquito
Olvidé sorber partes de tu cuerpo como si fueran flanes
Expresar un sentimiento en un mordisco
Abrazarnos para dormir, imanes
Decidí
Empezar por el final para acabar por el principio

Camisa de Cuadros

- Te fijabas en la camisa ayer, pero...¿hoy no?

- No me acuerdo de ti todos los días. Ni todos los días me apetece recordarte.

- Pues es una pena, por cierto, mira esta frase: "No condicionará el presente de un pasado que pasó, por un futuro en el que a lo mejor ni se convierte"

- Eres raro. Siempre te gustan frases que nunca te aplicas. 

- Igual por eso me gustan. Y sí, soy raro.

- ¿No sería mejor sentirte dueño de tus estados de ánimo?

Estaba escrito en el libro de nuestra historia

Asientos reclinables

Volar

Bajando de la nube

Volar en aviones aumenta las posibilidades de píxeles muertos en mi cámara. Prefería moverme en tren contigo por ese motivo, supongo, como si en verdad lo supiera de antes.

- Entonces, si dices que estos 23 años no he estado solo ¿cómo estaba?
- No estabas solo, estabas buscando a alguien.

Sangre de Alien

Un hombre entra por la noche en un lúgubre bar. Se acerca a la barra y pide al camarero un vaso de sangre de Alien.

Ahora que como lector he captado su atención, siento decirle que no voy a contar esa historia.

Será por historias. Las creaba de niño y algunas las he vivido al crecer, sin embargo, pienso que mi imaginación, a medida que pasa el tiempo disminuye. Será la edad. No me refiero a madurar o hacerse mayor, me refiero a que tengo menos ideas o que ahora soy capaz de distinguir cuales son las buenas, soy mas critico conmigo mismo. Sin embargo, hace unas lineas tenía una historia que prometía, que parecía interesante contar, más que esto, mas de lo mismo, mas sobre mi inseguridad. Pero al igual que en la vida, tampoco sabía como continuar esa historia, pero al igual que con la vida, podría intentarlo.

Se que si me niego a ser pasado, no podré tener presente. Aun así, me niego a ser pasado.

Solo soy yo, atrapado en mi mismo

Camisetas de la NASA

Fronteras

Estaban sentados uno frente al otro, mirándose como se miran dos imanes.

- Parame, por favor - dijo él, su rostro cambió bruscamente.
-¿De que estas hablando? - se extrañó ella.

Estaban a punto de cruzar la frontera entre Croacia y Hungría. Había vuelto a ser un día genial. Como estaba siendo todo el viaje. Más tarde lo llamarían el "viaje mas guay del universo". 

- No dejes que lo haga - el chico tenía rostro de preocupación.

El tren aminoraba la velocidad. Pronto pararían y la policía fronteriza subiría al vagón para hacer la revisión de pasaportes a la que ya se habían acostumbrado en los últimos días. Ella miró por la ventana intentando hacerse la loca. Sabía perfectamente de que estaba hablando, también había tenido el mismo sueño. El insistió:

- La voy a liar. No lo voy a controlar y te vas a ir. 

Ella le miró con cara sería.

- Y si lo sabes, ¿por que vas a dejar que pase? - sentía una mezcla entre tristeza y enfado. La chica no sabía que hacer para pararlo. Sentía que quizá él no estaba enamorado si, después de todo, iba a dejar que todo eso ocurriera.
- No lo se, y si te hiciera prometer que no te fueras se que me lo prometerías, pero serías infeliz. - hizo una pausa - Y además, te acabarías yendo finalmente. - Él apartó la mirada. Nunca se le había dado bien hablar mirando a los ojos, prefería ver los arboles.

El tren se había detenido en una estación en mitad del bosque. Fuera se oían voces de pasajeros subiendo y bajando del tren, mientras los agentes pedían la documentación.

Siempre será su viaje

- ¿Cuando crees que va a ocurrir? - definitivamente ella estaba molesta. 
- Pronto. Pronto no sentirás el imán. Ya nada será como antes.
- Quizá es lo que tiene que pasar. - Ella se dio cuenta que quizá así la valoraría más, aunque en el fondo sabía que cuando le valorase sería tarde y ella se merecía más ahora y siempre.
- Pero no se supone que...
- Yo no he dicho que sea el final. He dicho que quizá es lo que tiene que pasar.
- ¿Me estas dando esperanzas? 
- No. Disfrutemos del viaje.

Dos sombras aparecieron al otro lado de la puerta. Y ellos llevaban bastante rato sin mirarse a los ojos.


- Sabes que no quiero que pase lo de aquella canción ¿verdad?
- ¿Que canción?
- Da igual. Te lo contare en otro momento...

La policía entró en el compartimento.

Sueños (parte I)

Prólogo

Siempre, durante toda mi vida, he dado mucha importancia a los sueños, demasiada según dice todo el que me conoce. No puedo evitarlo, me causan muchísima curiosidad. Es una de las cosas mas misteriosas y mágicas que hay en nuestra vida o eso creo.

Su existencia, su significado, su naturaleza...todo me parece fascinante y seguramente por ello en mi vida han tenido gran relevancia(también ayuda que absolutamente todas las mañanas cuando me levanto recuerdo un par de sueños, en los últimos meses aún más). Este es simplemente el prólogo a una siguiente entrada, (un día de estos) donde contaré el sueño que me llevo hasta aquí entre otras cosas.

Últimamente solo son pesadillas

-¿Crees en los sueños?

- Claro, si no como crees que llegamos hasta aquí...

- Lo malo de los sueños es que al final siempre despiertas, ¿lo sabes no?

- Lo peor de los sueños es no saber que estas en uno y por lo tanto, no saber que despertarás.

Tenía bastante sentido. No daré más pasos en falso me dije. Vivir sin sueños, eso no tenía sentido. Intenté volver a sentir tu piel con los dedos, pero ya era tarde. Estaba despierto entre botellas.

Noches

Noches

Irreversibles

Gotas en cristales junto con luces rojas y verdes desenfocadas de fondo. Me encantaba tu poca profundidad de campo. Pedirme que me acercara porque apenas me veías.

Esa constante y pequeña profundidad de campo tuya

¿Te gustaba verlo verdad? Las noches eran largas y tenían demasiada magia. Ahora son calles frías y ausentes. Si ya no suena música entre nosotros. Si ya no bailamos en las aceras. Si ya no hay nada por lo que sacar la cabeza de debajo de la sabana no lo hago, es simple.

Series de ficción

- ¿Conoces esta serie de ficción?

- No, ¿de qué va?

- Pues no sé, supongo que es como todas...

- De las que el final te decepciona dices ¿no?

Lugar que no debí compartir

Ni  yo mismo conocía el final, pero preferí apagar la televisión. Lo más probable es que tuviera razón y no quería estar allí para averiguarlo. Fuera no era todo muy diferente. También es un lugar que al final te decepciona. Sobre todo si lo recorres solo. Como ver una serie de ficción solo. Hay cosas que no sabes si compartir o si haciéndolo las estropearas.

Fue un error compartir tanto. 

He conocido a Lyona

He conocido a Lyona 

Hola Imantada,

Si, la conocí. No era la misma Lyona. No era la de los videoclips, ni las ilustraciones que tanto nos gustaban. Esta Lyona era rusa, rubia, simpática, alegre y algo alcohólica. Me recordaba mucho a una actriz, pero definitivamente no era nuestra Lyona.

Creo que es el castigo de haber elegido vivir un interrail eterno. Ya sé que huí. Me fui a una ciudad que creía que no me recordaría a ti pensando que era la mejor solución, que solo así lo conseguiría (pasar página[aunque a veces la página no quiere ser pasada{y tal vez esta sea una de esas veces}])Ahora pienso demasiado en ti, quizá de otra forma. Y mientras tú recorres las ciudades del que iba a ser nuestro segundo viaje. Que paradoja. Y que mierda. Aunque bueno, yo ya ni las quiero ver, la verdad.

La ciudad de mi interrail eterno

Creo que es el castigo tener un trabajo en el que cada noche nos veo a nosotros de mochileros, de paso, por una ciudad que quieren descubrir y compartir, hacerla suya para siempre. Pero les veo, nos veo y a veces no nos veo. Por mucho que les brillen los ojos al mirarse, no son nuestros ojos.

Y a esto me refiero, da igual lo que te quiera contar, porque al final siempre acabo hablando de ti y de mí. Y me odio por ello. Me odio porque mientras tu simplemente ya no estás. Pásalo bien, supongo.