domingo, 31 de enero de 2021

Ahora solo como techo.

A veces se juntan dos artistas musicales que no tienen nada que ver.

Recuerdo cuando descubrí Cala Vento ese verano de 2017. En aquel momento estaban presentando su segundo disco. Quizá fue verano que más he desfasado, menos he dormido y mas descontrolado he estado, sabiendo que en unas semanas me iría a vivir a Salamanca. Nunca había escuchado ese estilo de música estilo pop punk español, un tipo Blink 182 o Sum 41. Pero había algo en sus letras que me enganchaba, un romanticismo enérgico, no melancólico, cierta rabia.

Por otro lado, Amaral. Una banda que siempre he respetado mucho musicalmente, y especialmente más en sus últimos años acercándose a un sonido más alternativo y dejando los temas más pop. Especialmente el disco de Nocturnal. Y aunque no sea una banda que escuche habitualmente se lo mucho que ha influido en la música española de las últimas décadas

Hace unos días se juntaron y sacaron esto:




Y la letra dice así:

Existe de una manera fugaz, insiste cada vez que te vas.
No hay forma de reconocer de dónde viene y cuándo va a desaparecer.

Ya no me acuerdo de quien era, yo me dormía a la primera
y ahora solo como techo. ¿Qué hemos hecho?

Obviamente algo mal.

No hay forma de reconocer
de qué nos sirve estar a su merced.

Cuánto tiempo queda para ver un nuevo día de frente.
Ver la melodía de siempre. Ser una fuente hasta que vuelva anochecer.

Ya no me acuerdo de quien era
yo me dormía a la primera
y ahora solo como techo
¿Qué hemos hecho?

Obviamente algo mal


Aparte de sentirme identificado con la letra, (siempre acabo comiendo techo a su lado y ella durmiéndose la primera) me ha dado más por pensar en el hecho de que se junten estos grupos tan diferentes para hacer una canción. Dos bandas, dos estilos, dos generaciones. Nadie lo habría visto venir, ni pensaría que sonaría bien juntos, pero quizá son como las personas. Aunque vengan de lugares diferentes si la vida y los caminos les unen pueden hacer cosas juntos bien. Eso es quizá lo que más me ha gustado de la canción. La unión de dos mundos. Donde uno duerme y el otro come techo.




jueves, 28 de enero de 2021

Tomando esta habitación como referencia.

Lo primero, no vaya a ser que se me olvide, la canción. Una de finales abiertos, ya que este no parece serlo. 

¿Como lo hacemos para seguir?

Me falta valor para salir

Está pasando una vez más.

A la misma pregunta siempre había misma respuesta. Daba igual que cambiase el lugar, ya fuese una cama, un coche o un sofá, siempre era la misma respuesta. Daba igual la hora, el tiempo, el tono, el lenguaje no verbal, siempre era la misma respuesta. 

Y cada día la habitación se hacia más pequeña. 

Yo solo trataba de hacerme grande en ella. Hasta el punto de sentirme egoísta por tenerla en esa habitación, donde nunca se realmente si quiere estar por mi o por ella. No se ni si quiero saberlo. Solo quería que se quedara conmigo en esa habitación. Viviendo los días pasar. Viendo la vida venir.  

Pero a la vez que se hacia grande la habitación, también se hacia grande el sentimiento de egoísmo. Y llegar a pensar que estoy cortandole las alas, y que no soy el único que lo hace, pero si el único dispuesto a renunciar a hacerlo.

Valiente perdedor. 

Sentirme mal de saber que, por muy convencido que esté, no le estoy haciendo ningún bien. La sensación de que soy el único que comprende lo que pasa y morir en el intento de arreglarlo. 

Despertar, que termine el sueño, abrir la puerta y salir de entre esas cuatro paredes para siempre. Y que la habitación se haga grande sin mi. Con el dolor de no poder verlo. Recoger colillas de esperanza. Tapas de yogur caducadas. 

Para mi no ocupaba solo una habitación, ocupaba una cama, un edredón, un parque, unos ojos, cincuenta mejillas (aproximadamente), masajes, granos, pintauñas verdes, una caja de caramelos, una grúa y una lista larga de cosas, aunque lo que más llenaba era el sonido de su risa. Ocupaba incluso cosas que todavía hoy desconozco. Imaginaba con mirarla un día y decir "aquí, en esta habitación, solo estamos tu y yo" y podremos con todo lo que nos venga de frente. 

Tomando esta habitación como referencia, ¿cuanto creo que volveremos a estar en esa misma habitación? 

Ahora mismo la habitación esta vacía. Sin nadie. Ella estará en otra habitación, que prefiere más. Yo estoy tratando de desaparecer, y tratar de olvidar que no he sido suficiente para llenar la habitación.



sábado, 23 de enero de 2021

Los días no vividos

Quizá estás pensando en abandonar. Yo aun no. 

El fallo quizá es guardar los días vividos. Y olvidar los demás. Me reconozco a mi mismo que he tenido ganas de coger la esperanza y lanzarla muy lejos, hasta perderla de vista. Y mantenerme en la idea de que no cambiarás. Otras veces pienso que te conseguirás equilibrar y me conseguiré equilibrar. Y podremos andar sobre la cuerda, "bailando en la cornisa del piso 23". Cruzar la línea y ganar. 


Pudimos ser lo que no está escrito.

 Ahora siento que estamos más lejos que nunca. 

Yo no puedo ser quien te saque de allí.

Ojalá volver al momento en el que nos vimos por primera vez. 

Parar el tiempo. 

Ni siquiera se lo que necesito. 




miércoles, 20 de enero de 2021

Que suerte Gabriela, que te dedicaste a hacer música.

Quedan lejos las épocas de pensar:

"Los años de eclipse al fin, se van, se van de aquí, se van de ti" o las de "Gafas de sol, otra pastilla". Etapas lejanas a problemas lejanos. Canciones que inspiraban optimismo o soluciones y no reflejaban los problemas que no me apetecía afrontar.

Desde otoño hay una canción que no me puedo sacar de la cabeza, y no precisamente por positiva, y es la siguiente (recomiendo su escucha antes de seguir leyendo)



Gracias Gabriela. 
Menuda letra. Menuda conspiración. Menuda voz. 

Con esta canción me ha pasado algo muy curioso. Las primeras veces que la escuchaba me gustaba posicionarme en primera persona, como la voz de la artista, desde ese punto de vista. Siendo yo el que se dirige a una segunda persona. Pero, en verdad, nunco hubo tal segunda persona a la que tuviera sentido decir todas esas frases, alguna suelta, pero el mensaje global no. No existía esa persona.
Y de repente pasó algo extraño.

Ahora me siento el receptor del mensaje, como si una persona estuviese enfrente diciéndome todo esto a la cara y quizá tiene así más sentido. Porque si se que persona. Y cuadra. Cada frase, cada emoción, cada sentimiento. Se que hay alguien que podría pensar en mi al escuchar esto. 

Digamos que he pasado de ser victima a culpable. Y no es una transición fácil de aceptar. No es bonito. Ni creo, como dice Gabriela en la canción, que no es bonito de decir ni de escuchar. 

Solo se que siento que la odio cuanto más la necesito.


lunes, 18 de enero de 2021

Ya tampoco puedo escuchar Sen Senra - Blue Monday Edition




Maldita la manía de asociar música a la las personas. De hacer de una banda insignia y recuerdo. Un estandarte que escuchar para lo bueno y veneno para lo malo. Ahora con otra banda. Ahora con Sen Senra.

"Te tuve en la palma de mi mano
Y no apreté el puño de más"

Esa sensación de que las canciones hablan de ti, que te las han escrito, que el artista ve tu vida a través de una mirilla. Las haces tuyas, te hacen sentir especial. Menuda puta mentira. Y el día que salía canción yo todavía pensaba que todo podía salir bien.

"No sé cuál fue tu intención conmigo
No soy yo, tú eres tu propio enemigo
Y aunque te arda mi compasión contigo
Mi cielo no culpa tu peca'o"


Te recuerdan a unos ojos de tres colores, a los días no vividos. A lo que no dijiste, a lo que te dijo. A que no te besó. A que quedaban muchas cosas por hacer. Muchos canciones que escuchar. Muchos conciertos a los que ir. Muchos sitios que visitar.

"Lo que fue, queda para siempre"

¿Y lo que no fue? 

"Tumbado en el jardín,
Mi cora late por ti,
Lo arreglé, no lo rompí"


Y lo que costó arreglarlo para nada. Para no ser suficiente.

"Hice lo que hice porque quise
Sin pensar en nada más"


Para rematarlo me han salido humedades en la habitación y voy a empezar a dormir en el salón. Hoy es el día más triste del año se supone. Esperemos que así sea. Feliz Blue Monday. 











La vida que merecemos

Hace un tiempo tenía un discurso muy hippie (bueno, lo sigo teniendo), sobre el dinero, el sistema capitalista, como nos controla y no nos deja ser libres. Vamos, nada nuevo ni muy original. 

Últimamente me he dado cuenta de que ese control va mucho más allá. Me controla hasta el punto de que si quiero cambiar mi vida, me lo impide. Me han implantado la idea de que si dejo todo lo que representa mi vida y que ahora mismo no quiero, las voy a pasar putas. Si dejo mi trabajo, si me marcho de esta ciudad, si cambio todo lo que me rodea... En cierto modo se que soy libre y puedo hacerlo. Pero  ¿y las consecuencias? 

Pues oye, así con todo. Pienso en que como todo el mundo esta condicionado por este hecho, y sin saberlo. En lo que come, en la música que escucha, en lo que ve en la tele. Al final hay un factor externo, el que sea, que nos dirige a muchas decisiones, incluso cotidianas, pero está gobernado por un sistema que ha generado esos medios. Si, por ejemplo las redes sociales. Ayer me borré mis redes, por cierto. Y espero empezar a notar mas gracias a ellos el contacto y el valor de las personas o al menos con esa intención lo he hecho, veremos como sale. 

Al hilo de esto, también he pensando como indirectamente el sistema nos hace quedarnos con una persona en una relación de pareja que está estancada. Nos han dicho que estar solo es malo. Y que mejor en pareja, que te quieran, que te cuiden, te valoren y viceversa....que a todos nos viene muy bien, nos gusta y sería absurdo decir que no, pero esto esconde algo detrás. 

A ver, yo soy de los que cree que una relación existe para crecer como personas y que si en algún momento se vuelve rutinaria y cómoda es que algo falla, y que hay que dejarlo, abrir la mente a aquello que pueda surgir y lo que pueda llegar. Y digo esto porque una vez se cansaron de mi, siguieron por seguir durante unos meses, y eso hizo que el desenlace fuese aun peor, porque era inevitable que al final aquello ocurriese. Y veo como esto pasa mucho y a mucha gente, de todas las edades y condiciones. Y si, aunque parezca fácil echar la culpa al sistema, es que es verdad.


En definitiva, nos han metido la idea de que mejor estar con alguien (aquí las redes tienen mucha culpa de nuevo) sumado a que necesitas refuerzos externos, porque el sistema te dice continuamente que por ti mismo, si nadie te valora, no te debes sentir del todo bien. Esto llega al limite y a la máxima evidencia cuando en ciertas edades se valora como algo negativo el estar soltero. Frases como la mítica de "se te va pasar el arroz", o asociar la soltería con rasgos físicos o emocionales. Todo eso es social. Y es social bajo el prisma de la sociedad que tenemos creada por este sistema. Es obvio que muchas relaciones de esas rutinarias están condicionadas, porque les han implantado la idea de que no debes estar solo/a, estate tranquilo/a y mucha gente ni lo ve. Cuando una relación debería ser lo opuesto a la tranquilidad, es emoción, es evolución, es acción. No es estática, monótona, simple, ni sencilla. Pero el sistema pues lo de siempre, nos quiere tranquilos (sin pensar ni evolucionar mucho, no vaya a ser) impulsando ese modelo de sociedad que le interesa y que aceptamos inconscientemente.

Por supuesto, ni que decir tiene, que en pareja se fomentan cosas como el consumismo, y generan beneficios económicos en muchos sentidos. A todos nos viene a la cabeza San Valentín, pero saliendo del tópico, esto pasa continuamente y a diario. Solos somos seres menos consumistas y eso es un hecho, porque mucho de nuestro consumo se basa en las relaciones sociales. Pero vamos, que al final vuelvo al inicio y a mi discurso hippie del dinero y el control. En verdad hoy no quería hablar de eso, quería hablar de que la gente no sabe estar sola.

Mucha gente merece estar sola, sobre todo aquella que como he dicho quiere avanzar. Y quizá cuando llegue a ese estado pueda estar en pareja, y no porque la sociedad te lo haya dicho, si no porque tu te lo has dicho a ti mismo. 


martes, 12 de enero de 2021

Realidad o Sueño

Mucho ha cambiado, pero si algo no son los sueños. Los sueños siguen ahí. Yo los llamo pesadillas. No por ser la pesadilla clásica basada en conceptos como: oscuridad, peligro, monstruos, muerte...si no por la angustia que me provoca al despertar aquello que pasa en el sueño, lo que representa o lo que para mi significa.

La pesadilla de hoy ha estado a la altura de entrar en tops de los últimos meses en cuanto a peor regusto que me ha dejado al abrir los ojos. Creo que no por lo que pasaba directamente si no por todo el trasfondo, todo lo que había dentro, tanto que es difícil incluso explicarlo. 

A medida que pasa el día los sueños pierden fuerza, valor, sentido...se vuelven más ridículos al recordarlos, más difusos, incluso olvidamos fragmentos que hacían de nexo y daban sentido al conjunto. Así que quizá ahora al describirlo, a continuación, será imposible transmitir lo que he sentido al levantarme, pero espero que si alguien lo lee se pueda hacer una idea.

En el sueño, al principio, estaba haciendo fotos  con algunas personas de mi familia en un lugar alucinante, con grandes montañas, animales increíbles, un atardecer con unos colores en el cielo preciosos, había bosque y nieve, todo a la vez. Según al lugar donde mirases. Yo estaba disfrutando haciendo fotos y pensando en como quedarían cuando llegara a casa y las editara. 


Y como pasa en los sueños vas de un sitio a otro. Me iba de allí, pero de repente estaba con mis padres  en una casa. La casa creía que era la de mi yaya, vamos, de hecho lo era. Ya solo por eso la pena se apoderaba de mi en el sueño, incluso en sueños me duele recordarla. Pero al entrar la cocina, no era la misma de su casa, era mas pequeña, de otro color. Yo le preguntaba a mi madre "¿cuando ha sido la cocina así?" y ella decía "si, no recuerdas la ultima obra para agrandar el baño" (habitación contigua), y la conversación seguía de tal manera que entendía en unas cuantas frases que no estaba en casa de mi yaya, si no de mi tío Carlos. Mi tío Carlos murió de SIDA cuando yo tenía 5 o 6 años. Sobre esto imagino que hablaré otro día. De repente ya estaba presente en mi mente por culpa de esa cocina tanto mi tío como mi yaya. 

Pero todavía quedaba otra parte más. Entraba con mis padres y mi hermana a otra habitación, donde había varias camas. Nos tumbábamos cada uno en una y enfrente había una especie de espejo grande que ocupaba gran parte de la pared. Estábamos hablando, y esto ya es bastante raro. No somos una  familia muy unida, no tenemos mal rollo, pero apenas hacemos cosas juntos ni hablamos los 4, especialmente con mi padre. 

Si sumamos eso a que de repente aparecía en el espejo la pregunta ¿Que es para cada uno la felicidad?, pues todo se vuelve aun más visceral y emocional. Debajo había 4 tarjetas y entendí que cada una hacia referencia a uno de nosotros.. Las rellené con una palabra, la que más identificaba la felicidad con cada uno de nosotros según la posición que teníamos frente al espejo. 

En la de mi madre puse "familia", en la de mi hermana "amigas", en la de mi padre "tranquilidad" y la mía "reirme". Las coloqué y me volví a tumbar en la cama. Entonces vi que no coincidían las tarjetas con la posición que teníamos nosotros. Estaban intercambiadas la de mi madre y mi hermana. Fui a moverlas, pero pensé "tiene sentido así también". Entonces me fijé en que la mía y la de mi padre también estaban al revés. Eso me hizo pensar que, en cierto sentido, también tenían sentido puestas así. Mi padre, aunque parezca que no por como es, tiene gracia, sentido del humor, incluso buen gusto en este concepto, aunque a penas se ría y viva amargado de cara al mundo y así mismo, pero mucho de lo que he aprendido en esa faceta he de reconocer que es gracias a el. Y eso me asusta porque en el seño pensaba "él es un poco  hacia donde yo voy". Y bueno acabo de resumir todo mucho, pero os aseguro que todo esto ahora mismo dentro de mi es un huracán. 

Desperté con todos estos conceptos sobre mi cabeza: la muerte, mi abuela, mi tío, la desunión de mi familia, la búsqueda de la felicidad y darme cuenta que me parezco a una persona de la que muchas veces no estoy orgulloso. Vamos, que así no hay quien descanse, me levanto peor y más cansado que antes de meterme en la cama. Por esto odio dormir, soñar y por eso lo llamo pesadillas.  

domingo, 10 de enero de 2021

Me da miedo crecer, me da ganas de llorar

"Enorme como el mar, el cielo
Cae la arena entre mis dedos
No sé si voy a ser capaz de permitirme lo que quiero
Pero yo no juego ningún juego
Corazón aventurero
Miénteme y dime la verdad, que no es la edad que es la actitud primero"

A mi alrededor todos los de mi generación se están haciendo "mayores": llegan los hijos, las bodas, la compra de casas...y yo sigo "estancado", como diría la sociedad, quedando con gente entre 7 y 10 años más joven que yo para hacer las mismas cosas que llevo haciendo desde los 16. Dicho así quizá no parece un gran problema, pero se convierte en un problema cuando la gente lo ve como un problema. 

Todo viene por el mero hecho de no seguir en mi vida la evolución que el sistema propone, y a la que nos dirige, y solo por esto se genera en mi un montón de problemas e inseguridades del tipo: ¿que coño estoy haciendo con mi vida?, ¿estoy haciendo lo correcto?, ¿me viene bien?, ¿es normal?. Por poner un ejemplo, si en vez de salir de fiesta cada viernes (y sábados de resaca tirados a la basura) estuviera pagando la entrada de un piso el sistema no tendría dudas: lo estaría haciendo bien. Sin embargo, al no querer eso, por el simple hecho de que no me reporta felicidad, ya tengo un problema de inmadurez, indecisión, descontrol... esto es solo un ejemplo de los cientos que me surgen cada día.

Me parece injusto. He estudiado, actualmente trabajo, soy una persona sociable, tengo muchas aficiones, gustos. Entonces me pregunto ¿por qué la forma de vivir mi vida no es positiva, si es la que me hace feliz? Por tener una evolución hacia lugares diferentes. Respeto el camino "habitual" y digo habitual por el hecho de que es el que más gente escoge, no por otra cosa. Pero no conecto ni me identifico con el. No me considero superior por rehuir de los conceptos tradicionales de "crecer".

Mi camino es diferente, pero es el que me hace bien, y eso debería ser lo único que importa. Dicho así parece fácil decir, "pues sigue así", pero la cosa es que luego me pongo triste porque todos los estímulos externos me dicen que no debería estar viviendo mi vida de este modo. Entonces surge el eterno debate de: seguir con esta vida y sentirme bien, para luego sentirme mal o escoger la vida rutinaria que no me hará feliz pero a la que me acostumbraré en algún momento y me dará estabilidad que imagino que es lo que todo el mundo busca. 


En todos esto, si que hay una cosa que me da algo de miedo y es la siguiente: llevo viviendo los 18 años demasiado tiempo. La primera vez cuando los tuve, obvio. La segunda cuando llegué a la universidad, con 21. Allí casi todos mis compis tenían 17-18 por lo que me creí uno más, haciendo de gurú de la noche madrileña. Con 27 me fui a Salamanca, y más de lo mismo, allí todos eran universitarios, pero me convertía esta vez en discípulo dejando que me mostraran la noche salmantina (que, por cierto, es la mejor de España). Con 29 me hice profesor y, sorpresa, empecé a quedar y salir con algunos de mis alumnos que se movían en ese mismo rango de edad. La cosa es, ¿hasta cuanto aguantaré con esta lógica? Es decir, si que me parece fea la idea de tener 40 y salir con gente de 20. Y ya para mucha gente le parece grave que lo haga ahora, y eso me asusta, que ni se por qué lo hago, ni siquiera lo busco conscientemente, simplemente ocurre. ¿Y si sigue ocurriendo? Y cuanto más mayor me hago si que es cierto que me preocupa que lo que me haga feliz sean las mismas cosas. Entonces me siento estancando y parece que tengo que dar la razón al sistema. ¿Ese pensamiento tambien ha sido entonces implantado por la sociedad?, ¿es mio propio?. Demasiadas preguntas, y mientras el tiempo pasa y a mi solo me da ganas de llorar.

De momento es mi terapia, ya lo dice la canción: "Joven es la cura constante"


sábado, 9 de enero de 2021

The comedown here was easy

Como ha cambiado todo.

4 años y medio después aquí estoy. 

Así que quizá no ha cambiado todo tanto.

Llevo semanas escribiendo en un cuaderno que me compré como Diario de Sueños, y que me cuesta llevar a cabo, en el móvil, ya sea en notas o pies de fotos de instagram, en hojas sueltas que tengo en el fondo de mochilas y solo me falta empezar a escribir en justificantes médicos por la parte de atrás. De repente recordé este blog, el que fue terapia en uno de los momentos más difíciles de mi vida. 

Al entrar de nuevo aquí lo primero que he hecho es asustarme. Lo segundo repasar las entradas del blog y borrar todos los vídeos donde salgo recitando poemas o textos propios, que jodida vergüenza. En aquel momento no me daba ese cringe. Imagino que el dolor de expresar aquello hacia que ser imagen pública fuese una chorrada y supongo que también influye que esa historia, de la que siempre hablaba esté tan lejos. No he borrado las entradas, las he ojeado por encima y que puedo decir: era un puto dramático y un intensito. No digo que ahora no lo sea, de hecho, si no lo fuera no estaría aquí. 

Pero esta vez me lo voy a tomar con otra actitud, más sana. Será para contar lo que no me deja dormir y aquello que ronda mi cabeza, que ultimamente está más basado en el tema de hacerse mayor, la existencia, la autoestima y el tiempo, pero no tratar de ser profundo, melancólico, triste y abatido a cada segundo, porque si algo he aprendido con el paso de los años es que te agota y agotas al resto. 

Todo ha cambiado mucho. Tanto que es imposible contarlo en una entrada. Así que en vez de hacer un repaso de alegrias y bajonas será mejor dejarlo como si esto fuera un reinicio. Ah, ahora aparte de foto meteré siempre alguna canción al final, así como novedad. Esta me lleva representando desde que vi Bojack, pero ya habrá tiempo para hablar de eso más adelante.