miércoles, 31 de agosto de 2022

Un buen verano

Has jugado con los sentimientos
Solamente por diversión
Creyendo que era un pobre invento
De una canción de amor

Pero existe, el amor existe
Se acabó tu chiste
Te ha faltado fe
Por cobarde
Has llegado tarde
Siempre haciendo alardes
De un cinismo cruel

Egoísta infantil
Y sin ganas de vivir, esa es tu cantinela
No me insistas
Para ti la enhorabuena
Sigue con el arpa artista



La llamada se hizo esperar más que ningún año. Fue el 30 de Agosto mientras limpiaba el baño cuando se cortó la música indicando un número en la pantalla de Madrid. Un número fijo que desconocía y que no acostumbro a coger, pero hasta atender a un teleoperador se tornaba más entretenido que seguir limpiando. 
Para mi suerte la llamada iba de otra cosa. Otro año de trabajo como profe y vuelta al turno de la mañana y, por fin, dando cine y montaje. A veces la vida te da lo que en su día te quitó. Fue arriesgado irse al turno de tarde pensando que quizá me quedaría ahí, en un turno mucho más inestable. 

La paz y la calma de que todo puede seguir igual de bien. Me tire toda la tarde creando las practicas de la primera evaluación: el corto mudo, el fashion film, la secuencia de terror, el timelapse...

Luego salimos a cenar y beber para celebrar eso más el proyecto de Indiespensables que hemos creado en estas semanas y que está marchando realmente bien.

Sentirse realizado es sencillamente brutal.

Se acaba el verano, un buen verano.




viernes, 26 de agosto de 2022

Si quieres, salgo

Las noches de verano
cuando hablabas sin parar,
intentándome explicar
que no tenías claro
lo que sentías.

Pero iríamos al centro para estar
entre coches que transitan la ciudad,
entre luces que iluminan la ciudad,
y pensar en no hacer nada,
hacer de todo juntos sin pensar.

Aunque se han terminado,
si algún día dejas de
preguntarte, dejas de
pensar que es malo,
si quieres puedes
recogerme como entonces para hablar
de los coches que transitan la ciudad,
de las luces que iluminan la ciudad.

Y si miran, que nos miren.
No creo que a nadie le deba importar
.

9 veranos desde el festival que me cambió la vida. 
9 veranos después nos encontrábamos 11 personas en una terraza de Santa Pola y la eché de menos de nuevo. Me acordé de ella. Hacia tiempo que no lo hacia.

Cuadraba tanto en ese contexto, en ese entorno, en ese momento y ese lugar que imaginé lo feliz que sería ahí sentada entre nosotros, y recordé su risa, la imagine dando un trago a la horchata y soltando una carcajada de esas que suyas. 

Ya no somos los niños de hace 9 años, cuando éramos estudiantes universitarios que pasaban sus noches en Malasaña tratando de ser alternativos entre la masa. Yendo al cine dos veces por semana, a jams de escritura, a conciertos semanales y probando lugares de comida cuando había algo de dinero que sacábamos con nuestros trabajos precarios.

Ahora tenemos esa vida adulta como toda esa masa de la que siempre nos quisimos desmarcar, andamos ahora con nuestras casas, trabajos...curiosamente yo me he mudado cerca de donde ella vivía, simplemente porque la vida me ha llevado ahí mientras que ella ha tomado la dirección contraria subiendo a vivir al centro.

Fue todo tan bonito que cuesta creer que terminó, pero todo lo que ha venido en estos años ha sido inimaginable. Quizá solo me duele que se lo perdiera, como esa horchata de hace unos días en Santa Pola.

Ella siempre mostró que era diferente, y lo era. 
Cada año me doy mas cuenta y la echo de menos porque ya no lo es.
A mi me despertó esa inquietud por ser diferente
Y lo fui, pero ahora mismo no estoy seguro si lo estoy siendo.

Allá donde estés, me acuerdo de ti.