Si esta vez fuera la única, no importaría porque se que te encontraría de nuevo.
Me sacaste del olvido, del miedo a no ser suficiente
Aquella vez, en esa terraza de la Latina a la que me pasé tiempo yendo para evadirme. Allí me dijiste: "nunca he conocido a alguien que haya reflexionado tanto sobre la vida tanto como tú".
Lo dijiste como un halago y yo lo veía como un cúmulo de cicatrices, que han merecido la pena si me han llevado hasta ti. Te traje a mi isla, solo eso quería.
Incluso meses después, cuando volvimos en aquel segundo asalto, quería pensar que se podría estar igual, sabiendo que sobre todo, sería distinto.
Venía de segundas partes que nunca fueron buenas y aun conservo el miedo cuando nos rodea el silencio. A veces me rompe en dos pensar que no existirá la magia del inicio, la chispa del comienzo. Y me suele pasar. Dejar las cosas cuando son rutina. Y así pasan los años rechazando a quien me trata de ayudar y a veces creo que contigo haré lo mismo.
Soy una gran incomodidad.