Estábamos hace poco más de 24 horas, era la noche del sábado, dentro de El Intruso bailando rodeados de colegas y nos vi en tercera persona, como si fuera un videoclip, agarrando tu cintura y pegando mi boca a tu cuello y sentía acelerarse tus pulsaciones, aunque las mías terminaron por adelantarte.
Es ese poder que tienes, eso que desprendes que va mas allá de lo conocido y que muchos querrían conocer.
Llegamos de día, nos tumbamos y te miré y sentí que llenabas toda la habitación. Me empezaste a besar y recuerdo dormirme con esa sensación.
Quizá por eso tuve sueños maravillosos.
Quizá por eso me desperté con sonrisa bobita.
Hoy es lunes y sigo de resaca emocional.
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