domingo, 25 de febrero de 2024

Sueño con tu pelo castaño y con que me llames porque sí

Lo que había aquí no era más que desierto
Algunos escombros y perros muertos
No quería vivir en un sitio así
Lleno de odio hacia quien destruyó estos paisajes

Justo cuando menos lo esperaba
Apareces de la nada, me coges de la mano
Y todo lo malo ya se me ha olvidado

Ya no lloro de tristeza, ni me parto la cabeza
Solo sonrío al verte desnuda atravesando mi maleza
No sé si hice bien en contar tus pecas
Son unas 300 veces al mes lo que quiero que vengas


Fuiste sal para luego ser arena, derrumbada recurriste a mi. Han girado estaciones, libros en la estantería, fotos colgadas en la pared y sabanas de colores.
Has girado sobre mi cuerpo, sobre mi cabeza y has descansado sobre mis piernas.

Has perdido a los dardos y me has robado la pajita del batido una vez más.

Me has regalado abrazos que huelen a café.

Hoy yo te regalo este pequeño texto, para que lo leas cuando llegues a casa y te imagines mi sonrisa boba al escribirlo.

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