Llamarte justo a ti. Dime...
¡Qué vas a saber, a saber, si ayer me hundiste!
Solo era cuestión de escuchar y no lo hiciste
Luego puse una canción, alegre y triste
Cuando te fuistе
Para olvidar
Este año y medio parece una vida a tu lado. Me has hecho llevar a otro plano mi manera de reflexionar, de pensar, de escribir, de no tener miedo a dormir.
Siempre me dices que todo tiene un sentido y una razón de ser. Y que te da miedo caer al vacío.
A mi ahora también.
Te he visto crecer, he visto crecer esa luz y perder todos tus miedos.
Ahora estás fuerte.
Recuerdo cuando hace pocas semanas terminé de escribir la biblia de mi primera serie. Estaba orgulloso y quizá eso me hacia tener tanto miedo. No paraba de pensar ¿y si esto solo me gusta a mi?. Casi temblando bajé todo General Ricardos para imprimirlo. Al subir a casa te lo di, mi lectora ideal. Te sentaste en el sofá con las piernas cruzadas, en tirantes, y con el pelo recogido. Me daba tanto miedo mirarte (por primera vez en todo este tiempo) mientras leías que me fui a a la calle.
Ya de noche subí. Estabas fumando en la ventana. Echando la ceniza en un puto vaso... ¿para que usar los ceniceros? Te giraste y dijiste Bueno que, ¿quieres saber mi opinión?...O follamos primero.
Se nos hizo de día hablando entre cervezas, cigarros y tonterías.
Como me gusta el verano, por mucho que eche de menos a mis hijitos.
Aceptar los finales desde el principio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario