Congelar el sueño

Prefiero morir mañana que vivir mil años sin conocerte. La excusa de habernos visto parando el tiempo tantas veces. 

Nunca es tarde para perdonarse.

Cada gesto que haces como si en ello te fuera la vida.

Lunes violeta.

Grietas en el asfalto.

El verano que nos faltaba.

Tu no tienes contricante

Y volvimos de Italia, ese país que me enamora cada vez que lo visito con sus fachadas a la hora en que comienza a caer el sol.  Mas de 3500 instantáneas de Torino y sus alrededores me traigo de vuelta. Tiene un tono dorado especial. Siempre lo he pensando, desde que estuve en esa ciudad hace ya casi 20 años por primera vez. Justo se cumple una década del interrail que empecé en este país y 5 veranos desde que fui a Florencia, Pisa y Bolonia (el que había sido mi ultimo viaje a Italia) sin saber que unos meses después comenzaría una etapa en mi vida muy distinta, empezando a trabajar como profe. Y a lo tonto este año comienza en pocas semanas la sexta temporada.

Se ha hecho el verano corto, quizá porque no he parado de salir, conocer gente, viajar, vivir cosas increíbles, besarla con el corazón dándome la vuelta.

Ni ella ni ese país tienen contrincante.

He visto nuestra vida en un plano secuencia

No es idílico lo que tenemos, es ciencia,
tu y yo sumaos superamos la audiencia,
cárgame la pilas con un beso de urgencia,
fuera de la enfermedad de la adolescencia,
he visto nuestra vida en un plano secuencia,
y es lo mejor de toda la existencia ,
tienes lo que vine buscando todo este tiempo atrás,
algo que me saca del pozo de la infelicidad.

No quiero celos ni amor enfermo,
solo buenos momentos que sean eternos,
no quiero sexo como gimnasia ,
de ese que te vacía cuando te sacias,
quiero despertarme a tu lado con calma
y que el roce de tu cuerpo sea mi única alarma.
Deja que tu ropa se caiga y sean mis sábanas blancas ,
que me arropen con carne y me destapen con alma,
no debes preocuparte yo no miro esas faldas,
no sé como explicarte, yo no soy de esa fauna.
Soló me interesa la risa
provocarla a todas horas sin prisa
ya no quiero gritos ni ruidos ni bombardeos
solo veo estar a tu lado callado como en misa.
Y eso de compartir donde vivir
lo veo bien mientras no sea un ring,
no me va el boxeo,
yo quiero vivir sin mosqueos,

Me salen arrugas de la risa, de esas que me ponen la cara bonita mientras volvemos bajo un cielo gris. Tengo casi una docena de picaduras que han merecido la pena. Estoy de vuelta en la capital, aunque en una semana me voy a mi país favorito, donde cada esquina es arte, tierra de Sorrentino, La Grande Bellezza, seguimos buscando trucos a la vida mientras otros los buscan para que se no les haga cuesta arriba. 

Sin descanso

 De la playa al Sonorama y del Sonorama a mi cama. Y en una semana a Italia.  Este año me hice de orito con unos cuantos curros audiovisuales y ahora nos pegamos el verano que merecemos. Recorriendo carreteras con mi carraca azul. 

 Litros de tinto y gintonics helados. Chiringuitos y conciertos. Arenay camping. Duchas de festival y duchas de playa. Comer de menú  o paellas por encargo. Sexo al aire libre o en tiendas de campaña. 

La mezcla perfecta y sin agobios de mirar la cuenta del banco. 

Lejos de Madrid.

Cerca de ti.

Mejor en otra vida

Pocas veces viste de blanco, tampoco es de maquillarse cada mañana, es desordenada, va dejando mecheros y ceniceros por donde pasa, se dispersa, se desconcentra, pero cuando estamos en un bar tomando cervezas jamás saca el movil, al igual que yo. Esto puede parecer una tontearía pero no es tan fácil de ver en estos dias. 

Pasan las horas y hablamos del universo, del tiempo y su nostalgia, de teorías raras y absurdas y se me pasan los dias en pestañeos.

Te hago fotos, me escribes, planeamos obras audiovisuales y noto que crecemos juntos y algo en mi se encoge de manera inversamente proporcional, llámalo miedo o inseguridad.

Imaginé que llegaríamos hasta aqui. 

Y hoy te has puesto un pantalón blanco, te has hecho un eyeliner, has recogido la habitación, no he encontrado mecheros por las mesillas de la habitación, y te he visto mirando fijamente a un punto del espejo, donde tu mirada se cruzaba con el de la chica mas bonita que jamás he visto.