jueves, 23 de septiembre de 2021

Se acabó el verano o eso dicen en el telediario

 Ayer terminó el verano. Esa estación que comenzó a finales de Junio, donde yo no paraba de pensar en que había perdido a una persona que consideraba importante, y que nublaba la vista de todo lo que había enfrente. 

Para mi sorpresa el verano fue otra cosa. Me atrevo a decir, y hacía tiempo que no pensaba esto, que ha sido de los mejores veranos de mi vida. Fue in crescendo. De menos a más. Y ahora que ha terminado, a veces pienso, que irá a menos. El otoño y el invierno a veces son así.

Me agarro a que de momento el verano parece que seguirá, al menos una semanas. De hecho, este sábado tengo otro concierto. Un concierto de la banda que en 2019 sacó el disco que posiblemente más escuche ese año y que más significó para mí. Este tipo de acontecimientos me recuerdan que ha vuelto la "normalidad", esa que nos llevan vendiendo tiempo y que parecía que no llegaría nunca. Es cierto que el verano ya lo ha demostrado. He podido viajar, ir a las fiestas de pueblos, ir a fiestas multitudinarias, volver a ir a conciertos y tantas otras cosas que hace justo un año parecían impensables. 

Siempre he sido más de calle que de casa. Y estos últimos tiempos me vi obligado a pasar en una casa más tiempo del que me gustaría. Eso me hizo pensar de más y vivir de menos. Ahora parece que todo eso ha cambiado y puedo volver a pasármela en terrazas de bar, callejeando Madrid, tirado en un parque...prácticamente cada día de mi vida. Y eso me llena tanto.

Dicen que la nostalgia es cuando recordamos momento del pasado en los que no sabíamos que estábamos siendo felices pero lo estábamos siendo. 

Yo soy muy nostálgico porque siempre pienso eso, que cada etapa pasada fue mejor y siempre pienso que no la disfruté como debería, lo que me hace caer en la culpa. Pero este verano me di cuenta en presente. Quizá por eso ha sido tan buen verano. Y quizá por eso algo ha cambiado en mí. Recuerdo tantas noches, tantos momentos, tantas personas...que todavía no me ha dado tiempo a generar esa nostalgia, porque el verano está tan cerca que casi lo puedo rozar con la punta de los dedos.

Este sábado se que en el concierto me la voy a gozar, y que luego será otra noche épica que años después me dará su buena dosis de correspondiente nostalgia. No porque crea que fue una de las mejores noches y no la disfruté lo suficiente, si no porque seguramente lo fue, como otras tantas que me quedan por vivir, pero esta vez seré consciente.

Agradezco tanto a este verano porque me ha servido de cura para todo aquel pozo negro que se había generado en mi interior en este último año. Puedo presumir de no haber tenido que hacerme ni una PCR, de no haber pasado el COVID, ni una cuarentena preventiva, ni nada por el estilo. Pero el virus me jodió la mente, como a tanta otras personas. Me jodió mi estilo de vida.

Algo que solo me ha podido devolver el tiempo, ese que siempre considero mi enemigo y que esta vez ha sido mi aliado. El Capitán Irlanda a veces necesita como aliado a un villano para ganar, como en los buenos cómics.

El Capitán Irlanda y el Dr. Tiempo contra COVID, el destruye almas.

Solo en los cines de tu puto barrio de mierda. Hippie, búscate un trabajo.


Qué pasaría si entraras
Y vieras que ya llevo tiempo
Sin estar

Te juro que yo pensaba
Que me vendrías a ver mucho más antes
De que esto acabara

Pido perdón por haberme ido sin avisar
Pido perdón por haberme ido
Por qué no me atrevo a dejarte
Si sigo sintiendo cada día
Nostalgia


No hay comentarios:

Publicar un comentario