Quizá es el moreno de la piel o tener los ojos más verdes que el resto del año o quitarme la barba o llevar colgada la riñonera al cuello o la ropa ancha o quizá todo junto, pero se rifan las ETS en esa ciudad. Y ya de vuelta en la capital. Con dolor de cuello. Quemaduras de Sitges. Marcas por la espalda. Traté de buscar una explicación a que me dijera cada noche "quédate a mi laito".
Quien me diría que me la iba a pasar entre temas de Bad Bunny, Rauw Alejandro, El Alfa y que me la iba a gozar así. Quien me iba a decir que este verano sería así y que aunque parecía eterno va a llegar a su fin. Con su imagen en mi cabeza y las fotos por subir. Las ganas de volver. Volver a sonreír. Sonreír por verla. Verla y sonreír.
Cuando comencé a escribir todo aquello en el sofá de casa, recordando todo ese tiempo roto a causa de proyectos idealizados y que quería querer a alguien tanto. Hasta que pensé y me dije a mi mismo "lo siento, pero ya no aguanto. He decidido huir de tanta mierda".
Y se hizo la luz.
Y ahora todo lo que no sea posible lo será.
Nunca hubo una cara triste ni la habrá.
No, no he perdido la paciencia, aún me queda.
No, no he perdido consistencia, solo tiempo.
Voy a nadar en ti, lo quieras o no.
Voy a nadar en ti tarde o temprano.
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